ACEPTAR  EL DUELO Y EL SUICIDIO

arbolviejoSuperar la pérdida de un amigo cercano o algún familiar toma tiempo, pero las investigaciones nos sugieren que esto puede ayudar a alcanzar un renovado sentido de propósito y dirección en la vida.

A las personas que están pasando por el duelo podrían resultarles útiles algunas de estas estrategias para lidiar con su pérdida:

  • HABLE SOBRE LA MUERTE DE SU SER QUERIDO. Hágalo con amigos o familiares para aceptar la pérdida y sus sentimientos. Recuerde a su ser querido y todo lo que significaba para usted.
  • ACEPTE SUS SENTIMIENTOS.Se puede experimentar todo tipo de emociones: tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento. Permítaselas.
  • NO DESCUIDE SU SALUD.Comer bien, hacer ejercicio y descansar le ayudará a  seguir adelante.
  • AYUDE A OTRAS PERSONAS QUE TAMBIÉN LIDIAN CON LA PÉRDIDA.Al ayudar a los demás, se sentirá mejor usted también. Compartir anécdotas sobre los difuntos puede ayudar a todos a sobrellevar la pérdida.
  • REMEMORE LA VIDA DE SU SER QUERIDO.Puede enmarcar fotos de momentos felices que vivieron juntos, ponerle su nombre a un nuevo bebé o plantar un jardín en su memoria. La elección es suya — sólo usted sabe cuál es la forma más significativa de honrar y recordar esa relación.

 DUELO POR SUICIDIO

 Las muertes violentas, y en particular el suicidio, son las más difíciles de aceptar. Se buscan explicaciones, se pretende encontrar culpables, no se sabe cómo mitigar esa angustia.

Deja tras de sí muchas preguntas: ¿por qué lo hizo? ¿Podíamos haberlo evitado? …

Es frecuente también un sentimiento de vergüenza, que lleva a no querer hablar de las circunstancias de la muerte. Algunas personas necesitan mucho tiempo solamente para pronunciar la palabra suicidio.

Puede generarse un sentimiento de culpa por algo que se dijo o se  hiso. Es algo perfectamente normal después de una muerte de estas características.

Después del suicidio de un ser querido también es  natural sentir mucha rabia y enfado pero es un sentimiento pasajero, y como tal, irá disminuyendo. Es importante buscar formas positivas de canalizar tu cólera, sin autocastigarte y sin herir inútilmente a otras personas.

Montoya Carrasquilla subraya que en la muerte por suicidio es preciso separar la forma de la muerte del muerto mismo. Lo que realmente importa no es la manera como murió el ser querido, sino el hecho de que ya no está. Por lo tanto el trabajo terapéutico de duelo debe hacerse por su ausencia y no por su modo de morir.

Los procesos de duelo no pueden ni ahorrarse, ni precipitarse porque cuando se cierran en falso se convierten en un duelo patológico.

La familia tendrá que comprender que no existe receta mágica que pueda liberarle del dolor de la separación, máxime cuando ésta ha sobrevenido de forma inesperada y violenta. Habrá que confiar en el valor analgésico del paso del tiempo y en sus efectos terapéuticos.

 

ADEMÁS DE DOLERNOS, LA MUERTE ENSEÑA A VIVIR.

LAS PÉRDIDAS NOS HUMANIZAN. NOS AYUDAN A RELATIVIZAR, A  DESCUBRIR NUEVOS Y SÓLIDOS VALORES.

LA VIDA TOMA FORMA Y VALOR CUANDO SOMOS CONCIENTE DE LA MUERTE.PORQUE EL FINAL LLEGA SÓLO DÓNDE ANTES HUBO VIDA Y AMOR.

EL PROCESO DEL DUELO

duelo

Tras el fallecimiento de un ser amado el duelo aparece como una respuesta natural del ser humano. Una experiencia universal que todos hemos vivido o estamos predestinados a vivir, el precio que pagamos por estar involucrados  a nuestros seres queridos.

La mayoría de las personas que sufren la experiencia de pérdida de un ser querido no necesitan ayuda psicológica especializada para recuperarse pero hay un porcentaje de personas afectadas para las que la experiencia es más compleja .

Es lo que llamamos «El duelo complicado». Una patología de duelo que padece un pequeño porcentaje de personas a las que les cuesta recuperarse después de la pérdida de un ser querido, y que son incapaces de rehacer sus vidas especialmente en lo que atañe a sus relaciones.

La muerte y la separación de una persona a la que amamos despierta muchas reacciones emocionales y físicas que están ligadas a diferentes tareas que hay que atender.

Por un lado, está la parte traumática, asociada a cómo fue la muerte: el sufrimiento de la enfermedad, mi impotencia por salvarlo y cómo me dieron la noticia.

Hay otra parte que tiene que ver con la pérdida de la relación, es decir, el echarlo a faltar, no haberme podido despedir de él, tener algo pendiente que no le dije, o tal vez puedo emocionarme por el futuro que ya no podremos compartir, porque parte de mi identidad la construí a través de esa persona.

Por lo tanto, vivir el duelo no es sólo llorar por el difunto por lo que ha perdido el o ella, sino también por la parte de mi que se ha ido y que tendré que volver a construir.

También ante la situación de separación, se ponen en marcha todas nuestras formas aprendidas sobre cómo manejar el sufrimiento, y como responde el entorno a esta necesidad de apoyo, y esta tarea también hay que explorarla.

El psicoterapeuta debe de acompañar y ayudar a la persona a vivir ese sufrimiento, utilizarlo como camino y darle sentido. No se puede evitar el dolor.

Podemos aprender de la muerte de una persona cercana a través del proceso de explorar el dolor, de penetrarlo, compartirlo, ponerle nombre, integrarlo y darle sentido, porque emerge siempre un sentido de esperanza, de crecimiento y de transformación de la identidad.

Muchas personas expresan que a través del duelo se han vuelto más tolerantes, tiernas, amorosas o que han tomado decisiones en su vida que les llevan a la autenticidad.

El duelo es un aprendizaje más. Nos llama a ser quien somos de verdad, liberarnos de las defensas que hemos construido a lo largo de nuestra vida para protegernos del dolor, pero que nos aíslan de la gente de nuestro entorno, y de nosotros mismos.

Entre los autores destacados en relación al proceso del duelo encontramos a Alba Payás responsable de la unidad de duelo de Girona y directora del instituto de psicoterapia integrativa relacional en pérdidas, duelo y traumas. Publicó un interesante manual que recomiendo: «Las tareas del duelo» .

Por otro lado  E.Kubler-Ross sentó las bases de los modernos cuidados paliativos, cuyo objetivo es que el enfermo afronte la muerte con serenidad y hasta con alegría. Existen varios libros de esta autora que son interesantes como «La muerte, un amanecer».

También existe una red social de ayuda al duelo y a la enfermedad donde podrán encontrar ayuda específica y recursos .https://www.duelia.org/