CONSEJOS PARA CONVIVIR CON LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS

Cuando transitamos por momentos difíciles, nos abordan pensamientos negativos. Ideas recurrentes que hacen que nos sintamos intranquilos o desesperanzados.

Estos pensamientos nos producen dolor psíquico con el que es difícil convivir y concentrarse. Añaden dolor a las situaciones ya de por si complejas.

Lo cierto es que no podemos evitar que esas ideas angustiosas o tristes surjan en nuestra mente. Es más, los esfuerzos por controlarlos dan como resultado que se fortalezcan.

¿Qué sucede cuando se producen de manera repetitiva día tras día y a todas horas? Mientras más soportes esos pensamientos, más fuertes se harán. La estrategia de “forzarnos a no pensar en ello” es contraproducente.

Controlar la mente negándolos o bloqueando los pensamientos y emociones desagradables, son estrategias de afrontamiento que a la larga pueden acarrear otros problemas por no haber procesado emocionalmente la situación o por no haber tomado decisiones acordes con las circunstancias.

Es importante también entender la diferencia entre el secuestro emocional y la aceptación de nuestras emociones.

La primera situación se dá cuando nuestras emociones toman el control. Esto sucede cuando tomamos decisiones bajo estados de ánimo intensos como la ira o la euforia. Estas decisiones suelen acarrear consecuencias negativas porque cuando analizamos la situación, no éramos lo suficientemente objetivos. Nuestras emociones tenían el control.

Podemos sentirnos tentados a pasarnos al otro extremo  y reprimir nuestras emociones o negarlas. Es una estrategia de afrontamiento que no trae buenos resultados tampoco.

Este mecanismo puede ser útil ante situaciones de peligro inminente, para mantener la calma,  pero como practica habitual ante los problemas, puede derivar en que no actuemos consecuentemente ante sucesos vitales importantes.

A modo de símil, sucedería como el efecto de la bola de nieve ( que es el problema) y que ves rodar hacia ti. Si la estrategia es no actuar y negar el problema para no sufrir a corto plazo y decides esconder la cabeza en un agujero entonces, probablemente ese problema se hará mayor y no habrás podido tomar decisiones para evitar daños.

Lo aconsejable por lo tanto es tomar decisiones cuando estamos en un estado emocional neutro es decir, calmados y serenos.  Por lo tanto si te encuentras emocionalmente inestable, es mejor posponer la toma de decisiones.

Una vez que hemos entendido que debemos reconocer nuestras emociones y pensamientos y convivir con ellos, te propongo tres estrategias para aprender a aceptar los pensamientos intrusivos: Atención plena, verbalización de frases tranquilizadoras, estrategias de relajación y hablar de lo que te preocupa (solo durante un tiempo acordado).

Cuando los pensamientos desagradables aparezcan es importante distanciarse de ellos, lo que llamamos despersonalización o tomar distancia. Debemos saber y recordarnos a nosotros mismos que el hecho de pensar algo no es una prueba de que eso sea real. Nuestros pensamientos o conclusiones también pueden ser erráticos.

Para evitar la ansiedad y romper el goteo de pensamientos negativos, podemos dirigir nuestra atención conscientemente a las pequeñas tareas. Es poco frecuente que lo hagamos de forma voluntaria. Consiste en evitar distracciones o interferencias mentales. Es lo que se conoce como la atención plena o mindfulness.

¿Cómo lo hacemos? Si intentamos concentrarnos en fregar los platos por ejemplo,  deberemos atender a todas las sensaciones y estímulos de ese momento. Nuestra mente debe estar en modo descriptivo estos es, prestar atención al color de la espuma, al tacto de la cubertería, a la temperatura del agua, etc. De forma que en ese instante, todo lo demás desaparezca de mi mente.

Mantener este tipo de atención durante largo rato requiere que, cuando nuestros pensamientos se vayan de esa actividad que estamos realizando, los rescatemos para volver a centrar nuestra atención en la acción que estamos haciendo.

Otra estrategia para no luchar contra los pensamientos es utilizar auto-verbalizaciones tranquilizadoras cuando aparezcan pensamiento alarmistas o tristes. Ante una situación podemos pensar “ No voy a poder superar o resolver este problema”, “Me duele tanto que no lo puedo soportar”o “Esto no tiene solución”.

Podemos tener nuestra propios contrapensamientos como si fueran un “Mantra”. Algunos ejemplos de frases podrían ser: “ Podré hacerlo aunque aún no sepa cómo”, “ Debo mantener la calma y centrarme en el ahora”  “ Aceptaré lo que haya de venir” .

Cada uno debe encontrar sus frases tranquilizadoras. Es importante que nos las creamos, que encontremos una idea que realmente sea tranquilizadora para nosotros.

Los ejercicios de relajación nos ayudan a cambiar de estado de ánimo para poder luego centrarnos en otras tareas. Son útiles cuando tenemos la sensación de que estamos perdiendo el control o aumenta la ansiedad.

Existen muchos video para realizar relajaciones guiadas que pueden ayudarte. Si lo deseas puedes consultar la entrada de mi blog: TÉCNICAS DE RELAJACIÓN en el siguiente enlace:

https://daraespinaco.com/2014/05/25/tecnicas-de-relajacion/?fbclid=IwAR2d9ypXgsQqLcpjfFcbIjFtoboVBFrGzKuh0QpkEu9IzEJaze0KPnDec30

Para terminar también querría recomendarte que puedas despresurizar contando tu preocupación a alguien con quien tengas confianza. Eso también puede aliviar y ayudarnos a relativizar pero es importante que no recurras a ello insistentemente porque solo conseguirías obsesionarte.