EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR

Hace muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho por su vestuario. Un día oyó a Guido y Luigi Farabutto decir que podían fabricar la tela más suave y delicada que pudiera imaginar. Esta prenda, añadieron, tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo. Por supuesto, no había prenda alguna sino que los pícaros hacían lucir que trabajaban en la ropa, pero estos se quedaban con los ricos materiales que solicitaban para tal fin.descarga (1)

Sintiéndose algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la prenda o no, el emperador envió primero a dos de sus hombres de confianza a verlo. Evidentemente, ninguno de los dos admitieron que eran incapaces de ver la prenda y comenzaron a alabar a la misma. Toda la ciudad había oído hablar del fabuloso traje y estaba deseando comprobar cuán estúpido era su vecino.

Los estafadores hicieron como que le ayudaban a ponerse la inexistente prenda y el emperador salio con ella en un desfile sin admitir que era demasiado inepto o estúpido como para poder verla.

Toda la gente del pueblo alabó enfáticamente el traje temerosos de que sus vecinos se dieran cuenta de que no podían verlo, hasta que un niño dijo:

«¡Pero si va desnudo!»

La gente empezó a cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó que el emperador iba desnudo. El emperador lo oyó y supo que tenían razón, pero levantó la cabeza y terminó el desfile

Este cuento nos da un mensaje de advertencia: «No tiene por qué ser verdad lo que todo el mundo piensa que es verdad», o «No hay preguntas estúpidas».

EL ÁGUILA QUE CREÍA SER UNA GALLINA

cache_2436677095Un día, paseando, un granjero se encontró un huevo de águila y lo llevó a su corral de gallinas. Lo colocó en el nido de una gallina de corral.

El aguilucho fue incubado y creció con la nidada de pollos. Y, aunque era un águila real, vivió así… como si fuera una gallina más del corral:

Durante este tiempo, el águila hizo lo mismo que hacían los pollos, pensando que era un pollo.

Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos para comer, piando y cacareando. Incluso sacudía las alas y volaba unos metros por el aire, al igual que los pollos y gallinas.

Después de todo, ¿No es así como había de volar un polluelo?

En la granja recibió calor y cariño… y aprendió muchas cosas:

1º) Aprendió de los pollos y gallinas… que son muy quejosas… a quejarse; pero no le gustó. Quién va por la vida así, ha de resultar insoportable de aguantar. No, no quiso adoptar esa manera de ser.

2º) Aprendió del gallo a actuar como un ser tirano, celoso y altanero… pero tampoco le gustó. Mejor olvidarlo.

3º) Quiso aprender del cerdo… pero le pareció demasiado sucio y desordenado. Pensó que había que cuidar más la imagen a dar…

4º) Luego se fijó en el burro, a ver si podía aprender algo de él, pero le pareció muy indeciso y demasiado terco. Así, seguro que se le escaparían muchas oportunidades en la vida.

5º) También quiso aprender de la vaca… pero no le gustó su forma de estar en la vida, siempre indiferente a la realidad que le rodeara, como pensando siempre que el otro prado que anda más allá parece más verde… ¿Cómo poder ser feliz creyendo siempre que lo mejor está lejos, como al otro lado…?

6º) De los loros empezó a aprender a decir cosas… pero llegó a la conclusión de que son demasiado chismosos. Y haciendo lo que ellos, al señalar a alguien con su dedo, para acusarle, observó que siempre había tres dedos de su mano que le señalaban a él…

7º) Miró al buitre, pero enseguida le desagradó su manera ventajera de estar en la vida, siempre tan carroñero, queriéndose aprovechar de los descuidos ajenos… ¡Qué mezquindad!. No, él no quería ser así.

8º) Luego le llamó la atención un pavo que conoció: sacando pecho, pero siempre cauteloso y como cuestionándolo todo… ¿Qué rollo, no?

El quería hacer en la vida algo diferente… ¿por qué no algo importante?

Un día el aguilucho divisó muy por encima de él, en el limpio cielo, a una magnífica ave que volaba, elegante y majestuosamente, por entre las corrientes de aire, como flotando entre las nubes del cielo, moviendo apenas sus poderosas alas doradas…

La cría de águila la miraba asombrada hacia arriba… ¡le parecía algo tan espléndido aquello de volar…!

Y preguntó a una gallina que estaba junto a ella:

– ¿Qué es?.
– Es el águila, el rey de las aves, respondió la gallina.
– ¡Qué belleza!.Cómo me gustaría a mí volar así…!
– No pienses en ello, le dijo la gallina. Añadiendo: Tú y yo somos diferentes de ella.

De manera que el águila no volvió a pensar en ello. Y siguió creyendo que era una gallina de corral.

Un día una pareja de ecologistas visitó al granjero, y al ver a los animales de la granja descubrieron entre las gallinas al aguilucho:

– Tienes un águila entre las gallinas, le dijo la licenciada en Ecología al granjero.
– Si, respondió éste, pero es como si fuese una gallina, come, vive como una gallina, apenas sabe volar.

¿Quién eres? ¿Quién quieres ser? ¡DESCÚBRELO!c